Ana Medina: “La ilusión de la fan tiene que seguir ahí”

Irradia luz y tiene una sonrisa contagiosa que da muchas pistas sobre cómo una estudiante de publicidad pasa de tener un blog de música a, en no muchos años, ser una profesional de referencia en la escena indie nacional. Ana Medina es responsable de social media del festival Sonorama Ribera y de bandas como Supersubmarina o Fuel Fandango. Desde la primera pregunta hasta la última, las pupilas se le dilatan y le entran los nervios hablando sobre su carrera, sobre bandas emergentes o sobre las personas que se ha ido encontrando por el camino. Hay gente apasionada en la industria musical. Y nos hemos ido a topar con el mejor ejemplo de ello.

Faltan apenas dos semanas para que comience el Sonorama. ¿Nerviosa?
Sí. Ahora más que nada estamos concentrados en el trabajo que hay, que es un montón, sobre todo en redes sociales, que es de lo que yo me encargo. Cada parte tiene su pico de trabajo y para mí es ahora. Estamos todos a tope. Ahora a mí me toca la parte más aburrida de mi trabajo, que es responder dudas. Durante el festival, me dedico más a la música y a las emociones. Ahora, a veces tardo un poco en responder, pero es que es una locura (ríe). Lo mismo tienes que preguntar a tres personas para poder dar una respuesta (ríe).

¿Cómo son las 24 horas de antes de un festival?
Estás pegada al ordenador y al móvil. La gente necesita saber la hora exacta a la que abre el camping, la hora exacta a la que toca tal grupo…

¿Qué es lo que más te han preguntan en redes sociales?
“¿Está ya cerrado el cartel?”. Y también temas de horarios.

¿Hay mucho hater en el Sonorama?
Este año menos. El año pasado, con Raphael, había de todo. Fue una locura. En las noticias salió mi tweet y le decía a mi madre: “Mamá! Mi tweet en la tele!”. Fue tremendo. Había mucha gente que no entendía nada, pero también mucha gente dándonos la enhorabuena por la valentía de haber marcado diferencias. Hay mucha gente que nos acusa de tener el mismo cartel que otros festivales. Pero, ¿qué cartel tiene a Australian Blond? ¿O un homenaje a Morente? Curiosamente hay muchos festivales que están apostando ahora por el cartel de día. Digo yo que el Sonorama habrá tenido algo que ver. Porque es de los conciertos de la Plaza del Trigo, de 12:00 a 14:00, de lo que más se habla del Sonorama. Alguno se habrá fijado en nosotros (ríe).

¿El cartel es lo más importante del festival?
Debería ser lo más importante. Supongo. Pero el público del Sonorama ya sabe que va a ir antes de saber el cartel. Sabe que se lo va a pasar bien vaya quien vaya. Pero hay que cuidar el cartel, por supuesto.

Lo de las catas de vino también debe de tirar bastante…
¡Pues nunca he ido! Hay tantas cosas que hacer que tienes que dividirte. Este año tengo que ir a las catas, al almuerzo que hacen en tres de las bodegas más conocidas de Aranda… La gastronomía es súper importante. El calimotxo con Ribera del Duero.

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

No voy a utilizar eso como titular de la entrevista. Pero que conste que echo de menos el vino en los festivales. De hecho a los que no nos gusta la cerveza, tenemos un problema.
En el Sonorama lo hay (ríe).

¿Crees que la gente con el paso de los años se ha vuelto más festivalera, más melómana o más fiestera?
Yo creo que un poco de todo. Lo que tienen los festivales es que se están abriendo a un público más general. Antes sí que había un público más melómano. Ahora el menómalo va más a las salas. A los festivales va a divertirse con los amigos. O para descubrir bandas, que también es un buen sitio para eso. Pero lo bueno de los festivales es que están abriendo a grupos más minoritarios al púbico más comercial.

Imagino que habrá mucha gente que no sabrá ni a lo que va…
Total. Pero también tiene su parte mala. Que hay gente que esté escuchando al grupo de fondo como quien pone una canción en casa. Pero bueno, yo confío en que no termine todo en eso.

También es que los españoles nos apuntamos a un bombardeo si hay fiesta…
Está claro. Pero yo creo que los festivales también tienen mucho que ver en que grupos como Vetusta Morla o Izal estén llenando un Palacio de Deportes. Yo, de momento, las cosas que les veo a los festivales son positivas. Abre un mundo a la gente que no iba a conciertos. A los que les gusta la música en directo van a seguir yendo a las salas.

Se habla de la burbuja de festivales. ¿Crees que va a llegar un momento en que todo explote y sobrevivan tres o cuatro?
Sí. Lo que no puede ser es que cada año haya 50 festivales nuevos. El año pasado creo que se contabilizaban más de 200 en españa. Eso no puede seguir. La gente no se puede gastar tanto dinero. Y, encima, cada vez es más barato. No puedes ir a un festival que te cuesta 30 euros y luego pedir 15 euros por ver a una banda en una sala. Eso puede llegar a ser un problema. Llegará un punto en el que se quedarán los festivales que más aceptación tengan.

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

Háblanos de tus inicios. De Asidesastre, tu alter ego.
Yo quería hacer un blog. Veía muchos blogs de moda pero muy pocos de música. Me apetecía mogollón escribir pero no me atrevía a escribir para otros. Lo abrí con ese nombre como tributo a El Mentón de Fogarty, que fue el primer nombre que se me currió de una canción de un grupo al que yo estaba muy enganchada y al que adoro. El título no tenía mucho sentido. Y claro, yo con el tema del desastre me sentía muy identificada (ríe). Alguna vez me escriben para decirme: “¡Ana, te vamos a empezar a cobrar!”.

Fuiste parte de Herzio, una empresa de servicios para bandas emergentes. ¿Por qué crees que no funcionó?
Querían hacer demasiadas cosas y quizás se quedó todo un poco en el aire. Mi sensación dentro era ésa. No sé exactamente lo que pasó al final porque yo me fui antes de que se terminara todo. Estaba agobiada porque cada vez veía una cosa nueva a la que no le veía sentido del todo. Al principio es cierto que me motivó el tema de apoyo a las bandas.

¿Y qué tal el paso a un gigante como Telefónica?
Bien. Fue una experiencia muy positiva. Estar en una empresa así y ver cómo funciona. Y más, dedicarme a la música. El proyecto por el que entré, Sonora, una plataforma de streaming tipo Spotify, no salió. Me reubicaron detro de Terra para llevar la parte de música. Y fue genial porque pude entrevistar a gente a la que me hacía mucha ilusión entrevistar. Pancho Varona, Quique González… entrevistas que no me atrevía a pedir trabajando con Herzio o con mi blog. En ese aspecto era genial. Poder entrevistar a grupos y llevar yo el portal de musica de Terra.

Y ahora con Pink House Management, trabajando con bandas a la que admiras como Supersubmarina o Fuel Fandango. ¿No da un poco de vértigo?
Cuando me fui de Herzio, en cada trabajo en el que estaba pensaba: “Me gustaría estar en otro sitio”. De hecho siempre tenía mi currículum actualizado por si acaso. Pero desde hace un año ni me acuerdo de esas cosas. Si alguien me llama para algo que supusiera dejar mi trabajo actual, no me lo pensaría. Estoy en mi sitio. No sé lo que durará. Pero yo de momento estoy feliz y me encanta. Estoy aquí gracias a Supersubmarina. Los escuchaba desde el principio. Recuerdo que estaba en mi casa, los escuché, me vestí, que estaba en pijama (ríe), y me fui corriendo al Fnac de Gran Vía a comprar el disco. Fue un impulso que no pude remedirar. Luego me tocó una entrada en un concurso de Radio3 para verlos en La Boca del Lobo. Un concierto para muy poca gente. Y me enganché. Y gracias a ellos empecé a ver cómo trabajaban, lo que había detrás. Conocí Pink House y me dejó loca. Todo esto me ocurrió mucho antes de todos los cambios de trabajo. Estando en Prisa ya les escribí diciéndoles: “Yo quiero ayudaros, aunque sea con redes sociales durante mi tiempo libre”. Las empresas no estaban muy al día con eso por aquellos entoces.

Imagino entonces que los chicos de Supersubmarina serán tu ojito derecho…
Bueno.. (ríe). Al principio sí, porque era el grupo que me había llevado hasta Pink House. Pero la verdad es que trabajamos con unos grupos que son increibles, tanto profesionalmente como personalmente. Recuerdo que en Prisa me decían: “¿Vas a dejar Prisa para irte a trabajar con artistas? ¿Tú estás loca? ¡Si no los soporta ni Dios!” Y yo les decía: “No sé. A mí me parecen gente normal…”.

¿Son gente normal los artistas?
¡Al menos con los que yo trabajo sí! Son gente normal que valoran tu trabajo y, además, te lo intentan hacer todo fácil. Nada que ver con lo que gente se suele pensar.

¿Es posible que haya cambiado un poco el perfil del artista y de la agencia de management?
Al final el artista es su propia empresa y tiene que cuidar el ámbito de trabajo en el que están. Igual que cualquier otra empresa.

Foto de Imeminemagazine®.
Foto de Imeminemagazine®.

¿Sigues viendo los conciertos desde abajo o ahora que puedes lo haces desde bambalinas?
No. Quizás para la típica foto. Pero yo soy de abajo. El otro día estábamos viendo a Jero Romero, uno de mis músicos favoritos, y estaba con mi jefe y unos amigos atrás del todo mientras teníamos a Supersubmarina a punto de empezar en otro escenario. Les dije: “Esperadme un momento”. Y me fui sola corriendo a segunda fila, dándolo todo. Porque a mí eso me flipa.

¿No has perdido la ilusión del fan que tenemos todos dentro?
Para nada. La ilusión de la fan tiene que seguir ahí.

¿No se pierde un poco la inocencia trabajando dentro de la industria?
Yo creo que todo cambia. Pero si tienes una buena experienca con los grupos con los que trabajas, que es mi caso, no pierdes inocencia ni ilusión. El otro día, en el Low, me subí a las gradas para poder ver a la gente y piensas: “Qué pasada”. Ves la ilusión que le están poniendo, el trabajo que hay detrás, y te sientes parte de ello. Los ves disfrutando con ese sentimiento de “lo hemos conseguido”. La ilusión incluso crece.

¿Qué tal con los grupos emergentes de Pink House?
Los grupos menos conocidos necesitan mucho trabajo de hormiguita y no se les puede dar todo el tiempo que necesitarían. Yo empecé con Pink House apoyándoles con el tema de Jack Knife, que aún no son muy conocidos. Los grupos como ellos necesitan un contanto más directo con medios, contarles lo que hacen, cómo lo hacen, etc. Es más complicado.

¿Hacen falta muchos amigos para sobrevivir en un puesto de responsable de comunicación como el tuyo?
(Ríe) Sí… en esto de la musica es super importante tener contactos. Ir a conciertos, salir… es parte del trabajo. Estar ahí todas las noches es parte de ello. Tienes que hacer esa parte de relaciones públicas porque si no te quedas aislado. Todo sale en festivales o después de un concierto. Conoces a gente que luego te puede abrir puertas. Es muy diferente a tener enchufes. Es gracias a conocer gente por lo que tu vas haciendo.

Digamos que el politiqueo social es inevitable…
Eso es.

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

¿Hay alguna persona que hayas conocido en estos años de cambios que te haya marcado especialmente?
La mejor persona que me he encontrado en mi camino es Ernesto, mi jefe. No es por hacerle la pelota (ríe). Me he sentido siempre muy identificada con cómo trabaja. Le he admirado desde que le conocí y por eso decidí estar en Pink House y dejar mi trabajo. Vive la música de una manera súper sana y pasional. Aprendo muchísimo con él de música que yo no concía tanto como The Band o Neil Young. Me ha abierto un mundo increíble. Y cuento con él para todo. Tanto en mi trabajo en PinkHouse como el resto de aspectos de mi vida. Además de Ernesto, también está Luis Merino, un ex capo de Prisa Música que me abrío muchas puertas. Ha confiado mucho en mí, ha hablado muy bien de mí y me ha ayudado un montón.

Si Ana Medina se encontrara hoy a la Asidesastre de 2008…
La dejaría hacer. Si no, lo mismo no estaría donde estoy ahora. Y ahora estoy muy contenta (ríe). Yo creo que siempre lo he tenido todo muy claro. Miento. Es decir, no tenía muy claro lo que tenía que hacer, pero sí por dónde quería ir. Le dejaría hacer. Además, hay una cosa que siempre me decían al principio, y era que la ilusión que volcaba con los grupos que descubría o me gustaban me iba a abrir puertas. Y creo que lo ha hecho.

Viendo tu trayectoria, después de tantos cambios, todo indica que has tenido siempre muy claro una meta. O, al menos, que has tenido un ideal al que no has querido renunciar…
Cuando terminé la carrera y empecé el blog me entrevistaron para el Norte de Castilla, en Segovia. Me preguntaron que a qué me quería dedicar. Y les dije que a apoyar a bandas que me gusten y darlas a conocer. Crecer con ellas. Y también les decía que no sabía muy bien cómo vivir de ello. Lo conseguí con Herzio, por ejemplo. Pero es cierto que, cada vez que veía que me salía del camino, lo he dejado todo. Hoy estoy muy contenta, trabajando con Supersubmarina o Zahara. Trabajando juntos para que esto funcione. Y tengo mi sección, en el programa de radio Corrientes Circulares, para hablar de grupos que voy descubriendo. Creo que era eso. Ayudar a bandas.

*Y también hablamos de los precios de las entradas de los conciertos, de por qué su amiga Rebeca ha pasado de escuchar a los One Direction a cantar canciones de Vetusta Morla, de Zahara, con la que lo mismo quedaba para comer… Y le hicimos fotos. Y llegamos a dos conclusiones: que hay gente a la que se le da muy bien sonreir a la cámara pero no tan bien ponerse seria y que, dando con personas como Ana, da gusto trabajar.