Carlos Siles: Y tú eres un flan

Escucho de fondo mi último descubrimiento musical. Y lo digo con la boca llena. Porque siempre queremos ser los primeros en escuchar a un grupo sólo para poder enseñárselo a otros o para decir dentro de unos años: “Yo fui a verlos cuando les seguíamos cuatro gatos”. Puede que, a veces -reconócelo-, te cueste ver que las cosas les van bien y llenen salas de 100, 200 o 1.500 personas. Porque dejan de ser algo tuyo. Dejan de ser TU descubrimiento. Como aquella novia del instituto que dejaste y que hoy, no sólo es más que notable que los años han jugado a su favor, sino que sentimentalmente intuyes (gracias Instagram) que la vida le va, al menos aparentemente, bastante mejor que a ti. ¿Y las canciones que os unían? ¿Se acordará de ellas? ¿De aquel grupo que descubristeis juntos? Posiblemente NO (habla mi yo realista).

Vayamos por partes, cosa que, como podéis leer, no se me da muy bien. El caso es que necesitamos sentir que hemos dejado huella. Que hemos supuesto algo en el camino de alguien o de algo. O, como mínimo, que se acuerdan de nosotros. Eso es lo que dicen siempre en las películas, ¿no? Hablarán de nosotros cuando hayamos muerto. ¿O era al revés? Pasan los días, los meses, los años… y seguimos pensando en aquella novia del instituto y si las decenas de grupos de los que hablábamos, aquellos poemas escritos con 15 años, aquellas fotos en el viaje de fin de curso a Benalmádena… nos harían infinitos, eternos. Si sigue batiendo el tomate que le unta a las tostadas por las mañanas como hacías tú o si ha dejado de ponerse la camiseta que le regalaste porque le provoca un leve dolor de estómago. Ese dolor que te transporta al pasado y te hace encogerte de hombros y limitar un poco tu capacidad pulmonar. Adictivo dolor, todo hay que decirlo. Porque además de querer dejar huella, todos somos un poco masoquistas.

Yo un poco tirano (me viene a la cabeza la película Jeux d’enfantsYann Samuell, 2003). Será eso. Y tú un flan. Lo que sé es que yo venía aquí a hablar de mi libro. Bueno, concretamente de mi disco. Más concretamente del disco de Morgan. Y si nos ponemos a concretar más, de la cancion Volver. Pero me lié por el camino. Al final, lo maravilloso de canciones así o del resto de cosas que, como diría mi amiga Itziar, te vuelan la cabeza, es que nos hacen conectar de una manera tan especial con nosotros mismos y/o con otros, que cuesta centrarse.

*** Y sigue sonando en bucle: “Échame de menos, no me falles esta vez, porque no sé si voy a volver”.


¿QUIÉN ES CARLOS SILES?


Titulado en Periodismo y, posteriormente, en Organización Integral de Eventos y Protocolo, ambas en la UCM. Más de diez años como redactor en prensa escrita (Grupo Zeta, Unidad Editorial, Axel Springer…) alternando con labores de comunicación en proyectos como Marsillach Acting Academy o La Moda Aplicada. También ha colaborado esporádicamente en medios como Mondosonoro, Salir.com o CLMag. Paralelamente, viene desarrollando un proyecto musical que cuenta con dos trabajos discográficos publicados con el apoyo del sello barcelonés PSM Music. En la actualidad, además de dirigir I, Me, Mine! Magazine, es responsable de comunicación y producción de conciertos en la sala Contraclub Madrid desde hace cuatro años.

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