Littleisdrawing: “Los ilustradores actuales estamos en tierra de nadie”

Nos citamos con Carla Fuentes (Valencia, 1986) con la excusa de que acaba de inaugurar exposición en la Galería Herrero de Tejada (Madrid). La ilustradora arrastra un currículum que va desde grafismo para bandas (Russian Red, La Habitación Roja, Zahara, Polock) hasta trabajos para Nike, Mango o Coca-Cola. Sin embargo, en esta ocasión cruza la línea y presenta, por primera vez, un proyecto de pintura. Se trata de Los Sentados, una serie de cuadros en homenaje al retrato clásico.

Nos sentamos en una terraza de Tirso de Molina. Carla Fuentes, o Littleisdrawing, habla claro. Mira de frente y no le tiembla la voz. Llama la atención la capacidad para reirse de sí misma y la amplia perspectiva que parece tener del mundo del arte (que su familia sea del gremio debe ayudar a ello). Con sus Ray-Ban de frente al Sol y una Coca-Cola Zero en la mano, nos habla de Internet, de Hockney y de Tame Impala. Entre otras cosas.


¿Qué piensas cuando echas la vista atrás y ves tus primeros trabajos? ¿Consideras que un artista evoluciona o que cada etapa tiene su propio universo con su correspondiente importancia?

Pienso que son una basura. Que cómo podía hacer esa mierda (ríe). Pero no sé… Gracias a eso he ido evolucionando el estilo. Haces cosas y, al año, las ves y piensas: “¿Qué es esto? Voy a cambiar”. Hay gente que no hace eso.

Se estancan.
Se estancan. Yo no soy muy defensora de eso.

¿Hay trabajos de los que te sientas tan poco orgullosa que no te guste enseñar?
A ver… No. No me gustan pero les tengo cierto cariño (ríe). Cuando empecé a subir fotos, a Myspace o Fotolog, no pensé que fuera a dedicarme a esto. Casi todos esos dibujos están hechos en el papel de un cuaderno en la universidad. Ya no existen, han desaparecido. No los hacía con la intención de que perduraran. Y eso es lo bueno, que ya no los puedo ver (ríe).

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

¿Hubo una portada de un disco, un cuadro, una película… algo que te marcara y con lo que pensaras: “Voy a por ello”?
Yo hice diseño y Bellas Artes. En clase hubo un día que el profesor trajo unos catálogos y conocí a David Hockney (1937, Bradford). Siempre he estado metida en el mundo del arte, pero ver lo que él hacía me impulsó un poco.

Imagino también que el apoyo familiar siempre marca, tanto si existe como si no existe.
En mi caso es que mis padres eran diseñadores de joyería, aunque también se dedicaron al diseño gráfico y al interiorismo. Además, actualmente, ya jubilados, los dos pintan. Así que en eso he tenido mucha suerte.

Háblame de Los Sentados, tu último proyecto. Es más oscuro, más sobrio. ¿En qué momento decides dar el paso de cerrar, de alguna manera, con tus trabajos anteriores, más naïf o más coloristas?
Pues quería hacer algo que se alejara un poco de la ilustración más enfocada a marcas. Más infantil, más naïf, más comercial… Así que empecé a probar con fondos negros y buscando un poco más de oscuridad. Surgieron los Dark Souls y, a partir de esa colección, hice Los Sentados. Es un homenaje al retratado, a la gente que iba a los estudios a posar para tener su propio retrato. Casi todos los pintores que me flipan tienen un montón de retratos de un sentado que posa.

los-sentados
Foto de littleisdrawing®.

¿Cuál es el sentado que más te ha calado?
Pues por ejemplo, el homenaje que hizo Lucian Freud (Berlín, 1922) a Hockney.

¿Hay algún sentimiento que te cueste plasmar?
La sonrisa. La gente que está feliz. Veo un dibujo de alguien sonriendo y pienso: “Esto no dice nada”. Yo lo he intentado, pero no me sale. Aparte, me gusta que estén tristes (ríe).

A lo mejor se trata de algún trauma de infancia…
(Ríe) No lo sé. Me parece que transmite más. Muchas veces la gente me hace encargos y me mandan los típicos selfies sonriendo. Y piensas: ¿Pero tú has visto mis dibujos? ¿Ves a alguien sonriendo o posando con los dedos así (hace el símbolo de la victoria con los dedos)? Se me resiste. Hay ilustradores o pintores que lo sacan fácilmente. Yo no puedo. No me gusta.

¿Haces muchos encargos de retratos a particulares?
Claro. Me envían fotos. Más que comprarte un dibujo de cualquiera, a la gente les mola que dibujes su careto. Si una persona pudiera encargarle a un músico una canción personalizada… Imagínate.

Iba a preguntarte…
(Interrumpe) ¿Yo te estoy respondiendo? A veces se me va un poco la olla…

No te preocupes, así seguro que saco algún titular (río).
Vale.

Te quería preguntar sobre las marcas. En los últimos años muchas de ellas están recurriendo mucho a ilustradores jóvenes. ¿Crees que es algo positivo para los artistas o puede ser un arma de doble filo?
Esta es una pregunta complicada. Si quieres ser un artista de toda la vida, con tu galería y tu marchante y esas cosas, no puedes currar para marcas. Pero claro, eso era cuando los pintores o los ilustradores no tenían la visibilidad que hoy permite Internet. Ahora se ha mezclado que a la gente le gusta lo que haces con que tienes visibilidad en Internet. Si tú tienes muchos seguidores, las marcas te van a perseguir. Pasa en todas las disciplinas. Si te dejan hacer lo que tú quieres es guay. Pero que te conviertas en una valla publicitaria es una putada . Yo tengo un montón de marcas que me persiguen pero si no tengo nada que ver con ellas, no quiero colaborar. Yo soy ilustradora, no vendo lencería.

¿Hay mucho sectarismo en el mundo del arte? ¿Se mira mal a aquellos que colaboran con marcas?
Sí que lo hay.

¿Eso lo transcribo o cuando publiquemos la entrevista me dirás que lo borre?
Puedes ponerlo (ríe). No sé… Yo sé que hay ilustradores, ahora mismo, que no quieren trabajar con marcas; pero que vengan ahora mismo y que me digan de qué viven. Yo puedo ser independiente gracias a que hay marcas que me buscan. De vender mis ilustraciones no puedo vivir. He hecho una exposición, pero hasta dentro de un mes no venderé un cuadro.

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

¿Es difícil dedicarse al arte en España?
Yo es que lo que hago es como… nuevo. Antes el ilustrador era anónimo. El ilustrador trabajaba para una agencia o un periódico y, aunque a veces lo podías reconocer por la calle, no era lo normal. Con el tema de la crisis, todo el mundo consume arte a través de Internet. Y se ha generado una cosa nueva: gente que nunca ha comprado arte, que nunca ha pensado que podría adquirir una pieza única, y ahora puede. Antes estaba la gente que iba a galerías y compraba arte y gente que no se lo ha podido plantear. Yo estoy como en el medio. Soy ese tipo de artista, de ilustrador, muy de ahora. Ahora hay pequeñas galerías, como la Gunter Gallery, que esta apostando por pequeño formatos, obra gráfica… Para ese público que quiere llenar su pared de ilustraciones pero no se plantea comprar un Manolo Valdés por 40.000 euros. Estamos ahí, ahora, como haciéndonos un sitio propio. Mi hermano, por ejemplo, es el típico artista de galería. Le pagan para que genere un proyecto, tiene un marchante que le representa… Pero los ilustradores actuales estamos en tierra de nadie.

¿Y te gusta estar en tierra de nadie? ¿Crees que te da una cierta ventaja?
Claro. Eres más libre. Puedes currar en muchas más cosas. Puedes vender obras por Internet, currar para marcas, exponer en galerías…

Foto de imeminemagazine®.
Foto de imeminemagazine®.

¿Cuál es la última película que has visto?
Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015).

Está todo el mundo hablando de ella…
Me ha encantado. Hace pensar un montón. ¿No la has visto? No te hago spoiler.

Y recomiéndame un disco que te ronde últimamente la cabeza. Me da igual de qué año sea.
Pues yo soy muy de ahora. Me encanta el de Tame Impala. Me gusta escuchar música actual.

Si me quieres contar algo más adelante o vamos acabando la entrevista…
O si no calla para siempre (ríe). Pues nada más. Que vengáis a mi exposición, que está hasta el 28 de enero.


Y también hablamos de Tortel, de la Sala Contraclub o de las tiendas de muebles antiguos de Tirso de Molina. Si aún no conoces a Carla Fuentes, visita su página web oficial.