Esta gallega de 33 años es una de esas fotógrafas atemporales y en constante ebullición. Lúa Ocaña ha expuesto en lugares como The Lighthouse Gallery en Glasgow, FineArt en Igualada, en el Festival Emergent de Lleida, en Espai Gòtic y Mutuo-Centro de Arte de Barcelona o en la Galería Tri@rt de Vigo. Por no hablar de las charlas y talleres por España avalada por la multitud de premios que lleva recibiendo desde 2009.
FICHA PERSONAL
– Nombre completo: Lúa Ocaña Ruibal.
– Fecha de nacimiento: 11/o3/1982.
– Lugar de nacimiento: Vigo.
– Lugar de residencia actual: Barcelona.
– Qué te gusta: El café con leche de soja nada más despertar, regar mis plantas, beber una copa de vino mientras cocino y la música bien alta en los auriculares por la calle.
– Qué no te gusta: La tortilla.
– Filosofía de vida: Aparta las filosofías y vive.
Siguiendo tu trayectoria observamos que, cada vez, te acercas más a lo onírico. Háblanos de la Lúa soñadora y de sus sueños confesables.
Quizás cada vez me acerco más a mí misma; con los años observo más y disparo menos. Aunque pueda parecer un poco contradictorio, antes soñaba más despierta, en este momento de mi vida, vivo más y sueño menos. Nunca pensé que diría esto, ¡pero es mucho más gratificante!
En tu fotografía hay mucho diario personal; ¿alguna vez te has puesto límites sobre cuánto dar de ti?
No los he establecido, al menos no de manera racional, pero creo que sí existen. El límite siempre está en mi propia comodidad, no muestro nada que no me salga de manera natural, tampoco pienso mucho en las miradas externas; intento alejarme de los posibles juicios de otros para centrarme más en lo que yo quiero mostrar en ese instante.
¿Cómo nace y por qué No sonrías que es peor?
Laura (mi chica) y yo empezamos con el retrato de pareja hace cuatro años. ¿La pareja a retratar? Nosotras mismas. Nació así un proyecto llamado La Memoria del Papel, a través del cual recogemos de manera poética a la par que cercana nuestra vida en común. Contiene la documentación visual de nuestra relación creando así memorias comunes y construyendo a partir de ellas otros recuerdos y vivencias.
Vista la buena acogida, pensamos en prolongar esas sesiones con otras parejas y así nació la idea de crear No Sonrías Que Es Peor.
Tienes dos proyectos de correspondencias, Yo hablo tú callas y Tú y yo no vivimos en la misma ciudad con Carla Andrade. ¿Qué destacarías después de esta experiencia de intercambio?
Nunca me había planteado trabajar conjuntamente con alguien. Los dos proyectos de los que me hablas son diferentes, aun teniendo como punto común el hecho de que son compartidos y que la correspondencia es su eje central. Con Carla, la idea surgió de la imposibilidad de quedar una tarde para charlar de la vida, puesto que ella vivía en Madrid y yo en Barcelona. También se unía a este hecho, no característico en ningún caso puesto que es algo que se da en multitud de ocasiones, que fuimos descubriendo que, quizás aun viviendo en ciudades diferentes, el resto de nuestras vidas guardaban un paralelismo bastante curioso: las dos somos de Vigo, las dos nos sentimos cómodas trabajando escenas similares con material analógico, las dos pasamos por las mismas playas, convocatorias de foto, talleres y demás y sólo nos vimos un par de veces en nuestras vidas. Así que decidimos mantener esas conversaciones imposibles en persona mediante fotos y en un espacio accesible a las dos: Internet. Es nuestra forma dialogar, de contarnos cosas. Con José /ecotono el proyecto surgió a través de la propuesta que nos hicieron desde una publicación para crear una colección de imágenes conjuntas a través de un mismo concepto. Con los meses, Yo hablo, tú callas ha transcendido y ahora el propósito es simplemente divertirnos, sorprendernos, aprender.. ir viendo qué pasa, como si de aventureros se tratara. No hay un objetivo que alcanzar; el mismo recorrido es a lo que le otorgo valor. José y yo jamás nos hemos visto en persona.
En general, ¿crees que estamos demasiado cerrados respecto a temas como, por ejemplo, los derechos de autor? ¿El arte en un pedestal como algo intocable?
Para mí, es necesario manosear lo que hago. Me refiero a que si encumbro el arte a algo inalcanzable por su belleza y espiritualidad, simplemente lo deshumanizo hasta tal punto de que no podría contactar con aquello que hago. Así que, por mi parte, ningún pedestal que lo aleje de mí.
¿Cuál ha sido el último sitio al que has viajado?
Al Algarve, Portugal. Acabo de volver de mi única semana de vacaciones de este verano y resultó un lugar bien bonito.
En La memoria de papel, proyecto desarrollado con tu pareja Laura, cuentas: “Del mismo modo que el papel, tú y yo vamos poco a poco acumulando en nuestra esencia pequeñísimas marcas que transforman nuestra memoria”. En la película Her, de Spike Jonze, Samantha le dice a Theodore: “El pasado es sólo una historia que nos contamos a nosotros mismos”. Como si la memoria pudiese transformarse cambiando lo escrito sobre la hoja. ¿Dónde acaba Lúa y empieza Laura? ¿Dónde terminan los hechos y comienzan las historias? ¿Es posible retratar la intimidad?
Es posible retratar una trocito de intimidad, no pretendemos que sea un espejo exacto de nuestro mundo, sólo es una parte. Y en esa parte es cierto que hay cierto juego en ese límite difuso de dónde acaba la una y empieza la otra.
¿Qué es lo que necesita una obra para que te mueva por dentro?
Que en cierta manera me logre atravesar.
¿Qué fotografía no te cansas nunca de mirar?
Casi cualquier pieza de Masao Yamamoto me hipnotiza.
*Os dejamos con un vídeo de Lúa en acción y una selección de sus trabajos.
** Y a propósito de la mención a Masao Yamamoto, aprovechamos para decir que este jueves 17 de septiembre se inaugura una expo suya en la Galería Espacio Foto de Madrid.
